La ola de frío que envolvió a Argentina en los últimos días significó el regreso de algo que ha caracterizado los últimos inviernos en ese país sudamericano: el racionamiento del gas.
Unas 300 empresas argentinas sufren cortes casi totales del hidrocarburo por orden del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que busca priorizar el suministro del combustible para uso doméstico.
Casi el 60% de la matriz energética de Argentina depende del gas y el petróleo, pero las reservas de ambas fuentes de origen fósil han registrado fuertes caídas en los últimos años.
Así, de pasar a ser un país que se autoabastecía con su producción de hidrocarburos y exportaba los excedentes a algunos países vecinos, actualmente Argentina depende de las importaciones para mantener su red energética.
Según un estudio enviado a BBC Mundo por la consultora económica Ecolatina, en los primeros cinco meses de 2011 el país duplicó la cantidad de combustible que compró del exterior, adquiriendo 108% más de lo que había importado en el mismo período del año anterior.
El informe señala que "por el continuo crecimiento de la demanda y la persistente caída de la producción local de gas y petróleo, se consumó la pérdida del autoabastecimiento energético".
¿Qué pasó con el gas?
El experto en exploración de hidrocarburos y consultor sobre temas energéticos Daniel Kokogian, dijo a BBC Mundo que muchos factores contribuyeron a esa caída.
"Aproximadamente el 60% de la producción de gas en Argentina dependía de sólo tres o cuatro de los cerca de 100 yacimientos que tiene el país, y en los últimos años esos yacimientos comenzaron a declinar", explicó.
¿Por qué no se buscaron nuevos yacimientos de gas, para reemplazar ese decaimiento?
El motivo no fue la falta del recurso natural, sino los problemas económicos.
La crisis que golpeó a Argentina a finales de 2001 llevó a que el país decretara el fin de la llamada "convertibilidad", que por una década equiparó a la moneda local, el peso, con el dólar estadounidense.
"Una vez que se ´pesificó` la economía, la producción de hidrocarburos se tornó poco redituable", afirmó Kokogian.
"Las importaciones llegaron para quedarse"
Daniel Kokogian, consultor en temas energéticos
La decisión del gobierno de congelar las tarifas del gas, para evitar fuertes aumentos de precios, ahondó la crisis de la industria local.
Con ese panorama, el país –que a partir del año 2000 había dejado de necesitar importaciones de gas para satisfacer su mercado interno- comenzó a traer el combustible del exterior, cada vez en mayor medida.
Según los datos del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), en 2004 Argentina importó 794.790 metros cúbicos de gas, cifra que fue aumentado hasta 2010, cuando trajo al país 3.612.262 m3.
De acuerdo con Kokogian, en la actualidad Argentina importa cerca del 30% del gas que consume, un porcentaje que seguirá creciendo.
"Las importaciones llegaron para quedarse", pronosticó.